viernes, 27 de enero de 2012
Y un día
martes, 21 de julio de 2009
Neologismos como Limar
Antes decía que los verbos que mejor conjugaba eran pagar y esperar. En todos los tiempos y modos de la lengua castellana. Bien, adhiramos LIMAR. Un neologismo práctico y postmoderno.
Yo limo, limé, he limado, habría limado, limaré, limaría, hube limado y así.
Limar, de quemar la bocha. Tronar, decía también en una época. Se me vuela la térmica. Se me escapa la tortuga. A ese le faltan caramelos en el frasco. Los patitos están desalineados. Aquel juega con el banco. Está de la cabeza, del orto, de la gorra. Qué más?
Es verbo, pero ojo, también es adjetivo: estoy limada. Significa que otro día puedo no estarlo, que ya se me pasará. O atenti al sustantivo: soy una limada. Ya está. Quedé así. Irreversiblemente tocada. Tocate un vals. A propósito de esto, serán muy locos los valses a nivel composición musical? Muy rayados los compositores? O quizás del tomate los que lo ponen a sonar en la benemérita unión matrimonial? Peor el de Cibrián Mahler en Drácula, que adornó las bodas de la temporada 07-08.
Qué lime! Ese es bueno, cuando por ejemplo el pensamiento se pierde en por qué un hombre hace tal o cual cosa. He elaborado teorías completas, fundamentos especiales, excusas. Implementé las patéticas leyes de obediencia debida y punto final. Acudí al indulto, a condonar la pena, a la exención de responsabilidad. Así como a los enojos más brutales y ensordecedores. Confieso haber creado teorías ad hoc con tan solo comprender una acción. Y no soy la única. El hilo conductor? La búsqueda de sentido. Como quiso escribir el amigo Víctor Frenkl, a quien le deseo toda la suerte del mundo si es que alguna vez encuentra el sentido a algo, y más aún al comportamiento del hombre.
Lic A
lunes, 6 de abril de 2009
Victor
Bien podría tratarse de una escena cotidiana, pero no lo es. Mamá está de visita, repito, de visita y mi perro come alimento balanceado. Más plan chino que todos contentos. Pero lo sobrellevamos bien y falta poco para que termine y mi vida vuelva a su normalidad.
De pronto escucho algo raro, que sale de los sonidos habituales de casa, pero no presto mayor atención. De pronto me siento observada. De pronto capto una imagen inusual. De pronto, me pregunto, si llegó el momento en que definitivamente sentencie que estoy trastornada, alucino y no solo escucho cosas sino que además las veo!!! ?? Oh, dios mío, llevame!
Me paso las manos por los ojos, busco una referencia en la realidad, como la hora en mi celular y compruebo, para mi enorme sopresa que hay dos ojitos que me miran desde el balcón. No es paloma. No es gorrión. Tampoco murciélago. Son las doce y cuarto de la noche. Y si omití un detalle, perdón...vivo en el piso veinte. Repito, piso veinte. Ojitos, piso veinte?
Mi perro no acusa recibo, se acerca a esa mirada, moviendo la cola, con actitud de buenos amigos. Ma, vení! Ma, Maaaaa. Hay un gato en el balcón! Miau miau y guau guau. Y nosotras no entendemos qué pasa pero reímos a carcajadas.
Estamos todoooooos! Mamá, mi perro -y si omití otro detalle, perdón-...es un caniche toy. Sí, un perrito de juguete, que está más contento por la presencia del felino, que por haber ligado un huesito de osobuco. Y yo. Qué cuadro, señores! Qué escena la que sobrevino.
Madre felinofóbica propone ideas para convivir todos. Perro que no sabe que es perro y que su deber es combatir al enemigo, intenta conquistar a michimiau negro, con ojos de forma humana (acaso intercambió pupilas con "Bicho K"?). Gato que gruñe, o bueno, lo que sea que hace un gato, que yo no entiendo porque nunca tuve uno. No sé si está asustado, si quiere jugar o qué cosa quiere hacer en mi casa. Yo soy más de los perros. Y de los perros toy, que para algunos ni califican como tales.
Los dueños, unos idiotas yanquis vecinos de dos balcones de distancia, son unos inconcientes. Pero además de eso, no están! Y ya son las doce y media de la noche. Qué barbaridad! Me indigno tanto que me doy cuenta que estoy grande, quejosa y por supuesto llamaré la atención a esta gente sobre su comportamiento en el edificio. Grande. Lo dije.
Bueno, lo ponemos en la cocina con la puerta cerrada. Indomable. Está bien, que jueguen las mascotitas y se hagan amigos. Imposible. Gato da zarpazo violento a perro, que sigue moviendo la colita. Es o se hace?
Pensá, pensá, pensá. Dale tonta, si vos sabés resolver problemas. Eso te dijeron muchas veces. Mmm, sí, pero yo no estudié etología, de manera tal que pueda hacer coexistir canino y felino con madre en depto 2 amb luminoso vista al frente. Pensá, pensá, pensá.
Sí! Pedro. Claaaro, Pedrito, el señor de seguridad...seguro me ayuda. Bajo por el ascensor, tentada de tomar la calle y darle parejo para otros lares y dejar a todos estos personajes en casa y que los ayude otro. Hete aquí que Pedro no está, mis amigos de la heladería están cerrando, el kiosko cambió de dueños y a los del sushi no me los banco. Aya.
Pensá, che, dale.
I got it Victor.
Implemento una especie más acelerada que el Victor English Method pero aplicada al mundo animal, a saber: le pongo al gato la correa de mi can, a quien guardo en la cocina mientras raya toooodita la puerta. Sereno a mi madre, recordemos, felinofóbica, que a todo esto ya contó por vez número ocho sobre aquel gato desgraciado que la arañó en 1921 o sobre aquel otro que le hizo una maldad atroz y qué sé yo cuantos avatares más. Inhalo, exhalo. Quedate quietito mi amor, ya viene tu mamá. Pero no entiende. Ya sé! Le hablo en inglés, le juego, lo quiero convencer, pero sobre todo en inglés y así es como logro colocar correa en el ínfimo cuello del gatito, rogando que no me zarpe una garra en el medio de la cara.
A esta altura ya le puse un nombre. Saco a Victor al pasillo, con la correa, mientras me vuelve a atacar la risa cuando se echa al piso y hace todo tipo de movimientos retorcidos para sacarse la cuerda. Mi perro llora, quiere jugar! Y mi madre ya está pensando que lo revolearía a la mierda al gato de mierda este hijo de puta que nos cagó la vida. Ufff.
Dale, si vos sabés resolver problemas más intrincados que este. Es ya la una menos cuarto y mañana tenés una larga jornada laboral. No importa el emo suicida ni la anoréxica que busca novio y mucho menos el gordito que no tiene amigos.
Lo único que sé, en cualquier idioma, es que todos nosotros no podemos convivir.
Acción. Dejo una nota bilingüe en la puerta de mis vecinos, para que no quepa duda acerca de lo acontecido y ruego tengan a bien poner una protección en su balcón en nombre de la buena convivencia de todos. Si el gato está demás, ma sí, lo ato a la puerta del pasillo con la correa de mi perro, antes la alargo con un hilo zizal que encuentro en mi costurerito para evitar que se ahorque.
Y le explico, en inglés, todo lo que va a pasar de ahora hasta que lleguen sus dueños, que nunca podrá ser peor que haber saltado hasta mi balcón cruzando nada menos que dos abismos a sesenta metros de altura con respecto al suelo.
Got it Victor?
Miaaaaauuuuuu
miércoles, 25 de marzo de 2009
Por una camelia
Qué placer haber visto y escuchado esta ópera sublime! Nos cuenta una historia de amor entre Violeta, hermosa mujer entregada a los placeres de día y de noche, y Alfredo, un hombre sólido, que no titubea en declararle su amor frente a la mirada de los demás.
Ellos son, en pluma de Alexandre Dumas (h) los dos personajes principales de "La Dama de las Camelias", pero bien podrían ser una pareja cualquiera de hoy o de mañana. De todos los tiempos.
Violeta deleita con su canto, mientras transmite su pasión lujuriosa e incansable de hacer de la vida un mundo de goce. Baila, canta, corteja y es cortejada por hombres. Alfredo, en cambio, es un hombre centrado, que sabe lo que quiere, y lo dice en voz alta sin que su voz de tenor tiemble. Le ofrece su amor y se preocupa por su débil estado de salud.
Violeta, la extraviada. Alfredo, el que sabe lo que quiere.
La declaración de amor es firme, bien pronunciada por quien sabe cual es su dirección en la vida. Ella lo rechaza. Le dice que no. Lo quiere disuadir de su propuesta invitándolo a que busque a cualquier otra joven por ahí. Prefiere gozar y de eso está segura. Alfredo, determinado, insiste hasta el punto de generar algo en ella. Qué es si no la génesis del deseo esa escena principal, en la que ella a la vez que lo rechaza le entrega una camelia? Pero, para qué? le pregunta él deshauciado, a punto de perder la batalla. A lo que ella responde, para que se la devuelva cuando se haya marchitado. Alfredo ha logrado despertar en ella el amor y ella le ha tendido su trampa femenina. Volverá?
Claro está que Violeta se enamora muy profundamente de este caballero y tienen juntos sus días muy felices. Por supuesto, hay un conflicto que los va a separar. Ella será obligada a retirarse de su vida por tener un oscuro pasado de cortesana y él creerá tontamente que ella ha vuelto a la vida licenciosa de los jolgorios de antaño. Ella, lo amará en silencio y él la odiará publicamente. Ella nunca va a decir la verdad: que es su padre quien los separa. Alfredo, herido en su orgullo narcisista, no soporta su partida, sin atreverse siquiera a preguntar los motivos de su huida.
Violeta, enamorada y decidida, guarda su secreto tan férreamente como se ase a los últimos días de vida. Morirá de tristeza, morirá de amor y de pena. Alfredo, extraviado, volverá por su amada, cuando ella, ya tendida en su lecho de muerte, no tenga más fuerza que los últimos estertores de aliento para decirle lo mucho que lo amó y perecer tristemente en la soledad de su certeza.
La camelia es el testimonio de esa inversión por la cual ella muere, segura de su amor, y él, tontamente permite que los últimos días de vida de su amada se desvanezcan hacia la eternidad.
Así, una historia más entre un hombre y una mujer pero cantada sobre los compases únicos de Don Giuseppe, crispan este alma sensible hasta la más sentida de las emociones. Y si no, escuchen: http://profile.myspace.com/index.cfm?fuseaction=user.viewProfile&friendID=402889248
A quell’amor ch’è palpito
Dell’universo intero,
Misterioso, altero
Croce e delizia al cor.
Aaaaaahhhhhhh!!!
Licenciada a
sábado, 21 de marzo de 2009
Mi amigo el ñandú
Con mi chico decidimos salir de vacaciones. Me pasa a buscar en su deportivo modelito ochentoso que hoy luce lustrado y con aroma a pera y mango. Saluda pronunciando mi nombre en su versión corta. Ingreso al auto, saludo a su niño y al primito (?). Me presento ante ellos con voz de maestra jardinera y actitud de amar a todos los bajitos del universo. Mi chico sube al auto y partimos felizmente a pasar unos días en algún lugar. Bajo la ventanilla a mano, el viento sacude mis rulos con gracia, me sonrío, disfrutando plenamente el momento. Y veo pasar, tal como se ven las vacas en la ruta 2, un ñandú con cabeza de ovejero alemán en el tamaño de una gigantografía.
Despierto angustiada.
Hasta ahí el sueño. Haré un sucinto y no profundo trabajo de asociación libre. Y no tocaré todos los elementos. Y peor aún, no me meteré con el significante. Tiembla mi lacanismo.
La efímera y poco creíble sensación de felicidad que acompaña el primer tramo del sueño no podía perdurar así tratándose de quien escribe. Si terminaba ahí, era un sueño-estafa. No digo que celebro la angustia absoluta que sobrevino tras la aparición de mi versión del minotauro, pero sí afirmo que le dio la contundencia real que la vida merece. Abrir bien los ojos y llamar las cosas por su nombre. (Más si sabemos, aunque no siempre sea evidente, que tras la angustia siempre está el deseo...pero por estos lares se me rebusca la idea)
El ñandú colosal, con cabeza de ovejero alemán me alerta en el sueño mismo que todo eso es lisa y llanamente imposible. "Mi chico" es un cínico que no hace más que adorar su ego y no es mi, es su!...Vacaciones? si no hemos ido más que a algunos bares palermogólicos, único ambiente apto para los despliegues de un ególatra y los oídos de una ilusa...Mi nombre en su boca? Cuando jamás ha podido pronunciarlo en su versión cortita, cosa que para mí implica una mínima expresión de afecto...Sigo? Niños, felizmente, disfrutando. Puaj!
Ingenuidad...game over. La pesadilla convirtióse en un sueño revelador. Las cosas por su nombre. El príncipe azul no existe, es trillada, pero aplica. Nunca vas a cambiar a un narcisista ególatra. Fue malo desde el día cero, lo sabías. Era gigantemente obbbbvvvvio, nena.
Ahora, cada vez que pienso en el tipo, me acuerdo del bicharraco de mi sueño y me desarmo en carcajadas.
No, si el ñandú más que un monstruo fue un amigo. O no dije antes...las cosas por su nombre!
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viernes, 13 de marzo de 2009
Y sin apuros
Va llegando una edad crítica, me refiero a los 30 años, momento en el cual, al menos para la mujer occidentalmente criada, hay algunos deberes que tiene que haber cumplido o estar a punto de hacerlo. Tener pareja y tener hijos. Tener pareja puede implicar casamiento pero enhorabuena! el concubinato no está tan mal visto como en otras épocas. Y tener hijos es una especie de consecuencia lógica de lo primero.
Es cierto que la mujer tiene un tic tac biológico que en el caso del hombre se extiende un poco en el tiempo, con lo cual, la premura, para ella, tiene un asidero en lo real contra el cual no hay rebelión posible.
Como no hay antídoto para lo real (bueno, sí, hay técnicas pero cuestionadas y no al alcance de todas)...hablemos de la mirada social. Hablemos del estado civil soltera. Elegí referirme a la mujer soltera puesto que yo soy una de ellas y porque en el caso del hombre soltero ocurre toda otra fenomenología que abordaré en otro momento.
La mirada social es esta: está sola, mmm, debe tener problemas, es medio loca, siempre le costó relacionarse, pobre qué mala suerte tiene. Cualquier comentario es válido a la hora de sentar en el banquillo a la soltera, sin siquiera preguntarle a ella los por qués de tal estado. Pero si la suerte es mucha, y efectivamente se le pregunta, nos acercamos a la inquisición: "pero, no entiendo! por qué estás sola, sos linda, inteligente, trabajás, vivís sola...no entiendo".
Pero nosotras sí entendemos. Es justamente por esooooooo. Y por algo más.
Tampoco quiero detenerme en esto sino en el sesgo que el o la preguntona le ponen a la requisa de los factores que fundamentan la soltería. Sesgo despectivo, que insinúa sospecha, como quien dice con certeza, acá hay gato encerrado!
Ahora, me pregunto, les pregunto. Acaso desde el banquillo del soy sola, uno formula el siguiente tipo de preguntas, que considero estarían en la misma categoría:
- Contame, cómo sobrellevás el hecho de haberte casado embarazada? Debe ser feo no poder tomar alcohol en tu noche de bodas...(con el mayor tono de compasión posible)
- Ay, che, decime, cómo va la cosa esta de tener que mantener a tu chico, que está desempleado hace 16 meses?
- Noooo, te cagó con otra? Y seguís con él?
Digamos que una no se mete en el estado civil de la gente sin pedir permiso, como si fuera un dato de la realidad que tal o cual estado es bueno o malo per se. Casada, concubina o cornuda tienen un estatuto. Feliz?, conforme y víctima, pero sientan un lugar social desde el cual pisar firme. En cambio, es como si la soltería conllevara la opción de compadecerse, preguntar qué pasó o presentar a cuanto bodoque anda suelto, a cambio de resolverla y ya pasar a otra cosa.
La soltería muchas veces se hace aburrida, pero otras tantas es lo más de lo más. Algunas veces también es una elección! Pero eso no entra en las mentes de la recalcitrante y oxidada posmodernidad. Si a los 30 estás solita, es por enferma o incapacitada o por muy calificada!
Bah! A la mierda con la hipocresía. Saquémonos un poquito las caretas. Cualquiera sea el estado civil del que se trate, hay una pregunta básica como para romper las cadenas de la naturaleza, cuando estamos hablando de hechos psico sociales...Es una pregunta que no se muerde la cola en la premura de la respuesta prefabricada sino que implica tiempo, oídos y encuentro.
Dígame cuál es su elección? Le va su estado? Cómo se encuentra?
Habrá tantas respuestas como mujeres solteras...algunas con y otras...sin apuros!!!!!
Licenciada a