viernes, 13 de marzo de 2009

Y sin apuros

Mejor abordar ciertos temas ríspidos con premura, ya que parece que acá, en esta sociedad, el que no debe correr, debe volar. Veamos por qué.

Va llegando una edad crítica, me refiero a los 30 años, momento en el cual, al menos para la mujer occidentalmente criada, hay algunos deberes que tiene que haber cumplido o estar a punto de hacerlo. Tener pareja y tener hijos. Tener pareja puede implicar casamiento pero enhorabuena! el concubinato no está tan mal visto como en otras épocas. Y tener hijos es una especie de consecuencia lógica de lo primero.

Es cierto que la mujer tiene un tic tac biológico que en el caso del hombre se extiende un poco en el tiempo, con lo cual, la premura, para ella, tiene un asidero en lo real contra el cual no hay rebelión posible.

Como no hay antídoto para lo real (bueno, sí, hay técnicas pero cuestionadas y no al alcance de todas)...hablemos de la mirada social. Hablemos del estado civil soltera. Elegí referirme a la mujer soltera puesto que yo soy una de ellas y porque en el caso del hombre soltero ocurre toda otra fenomenología que abordaré en otro momento.

La mirada social es esta: está sola, mmm, debe tener problemas, es medio loca, siempre le costó relacionarse, pobre qué mala suerte tiene. Cualquier comentario es válido a la hora de sentar en el banquillo a la soltera, sin siquiera preguntarle a ella los por qués de tal estado. Pero si la suerte es mucha, y efectivamente se le pregunta, nos acercamos a la inquisición: "pero, no entiendo! por qué estás sola, sos linda, inteligente, trabajás, vivís sola...no entiendo".

Pero nosotras sí entendemos. Es justamente por esooooooo. Y por algo más.

Tampoco quiero detenerme en esto sino en el sesgo que el o la preguntona le ponen a la requisa de los factores que fundamentan la soltería. Sesgo despectivo, que insinúa sospecha, como quien dice con certeza, acá hay gato encerrado!

Ahora, me pregunto, les pregunto. Acaso desde el banquillo del soy sola, uno formula el siguiente tipo de preguntas, que considero estarían en la misma categoría:

- Contame, cómo sobrellevás el hecho de haberte casado embarazada? Debe ser feo no poder tomar alcohol en tu noche de bodas...(con el mayor tono de compasión posible)

- Ay, che, decime, cómo va la cosa esta de tener que mantener a tu chico, que está desempleado hace 16 meses?

- Noooo, te cagó con otra? Y seguís con él?

Digamos que una no se mete en el estado civil de la gente sin pedir permiso, como si fuera un dato de la realidad que tal o cual estado es bueno o malo per se. Casada, concubina o cornuda tienen un estatuto. Feliz?, conforme y víctima, pero sientan un lugar social desde el cual pisar firme. En cambio, es como si la soltería conllevara la opción de compadecerse, preguntar qué pasó o presentar a cuanto bodoque anda suelto, a cambio de resolverla y ya pasar a otra cosa.

La soltería muchas veces se hace aburrida, pero otras tantas es lo más de lo más. Algunas veces también es una elección! Pero eso no entra en las mentes de la recalcitrante y oxidada posmodernidad. Si a los 30 estás solita, es por enferma o incapacitada o por muy calificada!

Bah! A la mierda con la hipocresía. Saquémonos un poquito las caretas. Cualquiera sea el estado civil del que se trate, hay una pregunta básica como para romper las cadenas de la naturaleza, cuando estamos hablando de hechos psico sociales...Es una pregunta que no se muerde la cola en la premura de la respuesta prefabricada sino que implica tiempo, oídos y encuentro.

Dígame cuál es su elección? Le va su estado? Cómo se encuentra?

Habrá tantas respuestas como mujeres solteras...algunas con y otras...sin apuros!!!!!

Licenciada a